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Retromoxes - Recordando el Vientoligero 7a parte: Apocalipsis

Traducido por Miguel Calvo y Antonio José Rodríguez. Editado por Miguel Calvo y Ángel Quijano.
Publicado originalmente por VestDan en MTGSalvation.




Y entonces, queridos niños, es cuando todo empezó a estropearse de verdad

Me refiero a que el final del capítulo anterior estaba bastante forzada y también a que toda la historia esta de los Primigenios no tenía mucho sentido y se debía a la manía de J. Robert King de inventarse nuevas e innecesarias historias sobre Dominaria. Además, los caminantes de planos pre revisionistas aparecían aquí con muy poca enjundia debido a que el escritor no se preocupó demasiado de investigar quiénes eran. Y también había varios momentos que, pese a estar hablando de una narración fantástica, nos movían a la incredulidad. Pero con la nobleza de Agnate y Eladamri y la tensión sexual que aparecía entre este último y Lin Sivvi, los dos primeros sets del bloque habían conseguido llegar al aprobado.


Sí, está claro que Invasión podría resumirse en "chistes, explosiones, tragedias, vuelta a empezar" y para Transmigración era "chistes, explosiones, más explosiones, traición, vuelta a empezar" Había algunos momentos muy kitsch que parecían sacdos de las novelas de aventuras de Edgar Rice Burroughs. O sea, divertidos, pero sin mucha calidad. No obstante, la fórmula utilizada para Apocalipsis se parece a la que el inefable King utilizaría dos años más tarde, para escribir el bloque de Embestida: "chistes, explosiones, ninguna explicación, chistes, chistes, menos explicación todavía, catástrofe" Y nosotros los lectores, en vez de exclamar "oh no!" o "cómo mola!", decíamos "¿sí?" "¿seguro?" o "pero qué carajo pasa."

En fin, ya veréis a qué me refiero.


El Señor de los Yermos (aunque en realidad no se le llama así desde Éxodo) se alegra enormemente de su victoria cuando ve a sus dos peores enemigos cambiar de bando (aunque me da la impresión de que serían tan útiles para su causa como Italia lo fue para las potencias del Eje) No obstante, simplemente aceptar su lealtad no sería la manera phyrexiana de hacer las cosas: deben ganarse el favor de Yawgmoth luchando en un duelo a muerte. El que salga vencedor será su sirviente más apreciado, y será recompensado con cualquier cosa que desee.


Antes de que penséis lo obvio, deciros que Yawgmoth temporalmente elimina las habilidades de Urza como caminante de planos, poniéndolo más o menos al mismo nivel que Gerrard. Si Urza gana, quiere aprender las maravillas de Phyrexia, cómo conseguir que las máquinas vuelvan a la vida. El deseo de Gerrard es, lógicamente, recuperar a Hanna, viva y libre de la voluntad de Yawgmoth. Para Urza, Gerrard ha significado más que si hubiera sido su hijo, y ahora debe destruir su peor error. Para Gerrard, Urza tiene más responsabilidad sobre él que su propio padre, y es el causante de todas las tragedias de su vida. Ambos quieren sangre.


Fuera de la Fortaleza, Eladamri ha intentado una y otra vez tomar el Rastrillo de la entrada, la enorme puerta principal que es el símbolo del poder phyrexiano, pero no ha tenido éxito. Como en Koilos, un flujo infinito de legiones phyrexianas sale de la puerta, imposibilitando el avance. No obstante, la creciente actividad sísmica tal vez haya abierto sin querer una puerta trasera.


La creciente actividad sísmica al final resulta tener una explicación... un grupo de enanos de las colinas han viajado sin ser molestados hasta la Fortaleza, para limpiar la montaña de la maldad que hay en su interior (mi opinión como fan es que estos enanos eran descendientes de los enanos sarpadianos que según la leyenda volverían para salvar a toda la raza enana) Eladamri forja una alianza con los enanos, y les deja que continúen con su trabajo.


Lord Windgrace es el primero de los Cuatro Titanes que quedan en volver al lugar de la traición de Urza. Los demás llegan poco después y se encuentran al guerrero pantera llorando por su antiguo amigo. Según un rito de Urborg, saca el corazón del cadáver de Taysir y lo sitúa junto al suyo.


A Freyalise nunca le gustó Urza, y siempre odió a Phyrexia. Pero la traición de Urza no va a impedir que destruya Phyrexia. Sin embargo, sus trajes de titán ya no son seguros: han visto que Urza puede simplemente ordenar a los trajes que maten a sus ocupantes. Y como Urza ha inutilizado la bomba, todas las cargas destructoras tienen que ser dispuestas manualmente.


Se dividen en dos parejas, un caminante vigilará mientras el otro colocará la bomba. Bo Levar y el Comodoro Guff (que hace alusiones cada vez menos veladas al proceso de publicación de los libros) forman un equipo...




Mientras que Lord Windgrace y Freyalise forman el otro. La caminante de planos de los bosques está encantada al explosionar grandes zonas en el más grande depósito de maná negro en todo el multiverso. Freyalise no tiene problema en destruirlo todo mientras que el mundo que ella quiere sea creado en el proceso. Los caminantes colocan las bombas y "espontáneamente" navegan por los planos para evitar las ráfagas (King utiliza la palabra "espontáneamente" a todas horas para describir su retirada. Creo que no significa lo que él cree que significa.)


Mientras tanto, en el Vientoligero, Karn revela a la tripulación muchas cosas que ha descubierto. Sus recuerdos han vuelto a él... los suyos, y los de Xantcha, cosas que no debería saber. A diferencia del resto de creaciones de Urza, el Legado ha forjado su propio destino, y ha crecido según su propio criterio. Karn es parte del Legado, el Vientoligero es parte del legado, y Gerrard también lo es, así como el resto de la tripulación. Y ahora, todas las partes están dispuestas para su evolución final.


El barco se transforma de nuevo, esta vez sin la ayuda de Karn o de Multani. De hecho, Multani no entiende que el barco haya adquirido conciencia propia. El maro y el gólem asisten al Vientoligero en su proceso de renacimiento, y una vez finalizado éste, Multani ya podrá regresar a casa. Sin embargo, es consciente de que Yavimaya no podrá permanecer apartada de la guerra, así que se inmola para transferir varios kilómetros cuadrados de su bosque hacia Urborg, incluyendo a todos los kavus, elfos, arañas, y gorilas.


Crovax está intranquilo al sentir tanto asqueroso maná verde introduciéndose en la perfecta negrura y decadencia de Urborg, y va a investigar. Todo el poder de Yavimaya se abate sobre él, e incluso con todas sus mejoras phyrexianas, no puede vencer las fuerzas de Gaea. Llega un punto en el que está literalmente enterrado en saprolines. Pero Crovax no huye, y continúa luchando.


Y como el jefe no está, Ertai se divierte con su nuevo juego favorito: asesinar al grumete trasgo. Es como un tentetieso: no importa cuántas veces lo golpees en la cabeza, siempre se vuelve a levantar. No obstante, Squee no para quieto y hace que uno de los hechizos de Ertai se vuelva sobre sí mismo, hiriéndole. Enfadado, Ertai se retira al dispensador de maná.


Desafortunadamente para el (y vaya, ¿cúando le ha salido ALGO bien?), Squee de pronto vuelve en sí, y confunde al herido Ertai con un insecto gigante. Empieza a masticar la cara de Ertai, y encuentra que este "insecto" no sabe tan bien como los demás. Cuando el "insecto" se mueve, Squee pega un salto asustado y se tropieza con una palanca, causando una sobrecarga y friendo a su antiguo compañero de tripulación. Tras unos pocos minutos, Squee finalmente recuerda quién es.


La batalla entre Urza y Gerrard dura horas, tal vez días. Luchando en lo más profundo de la psicosis de Yawgmoth, cualquier cosa es posible. Ambos han derramado más sangre de la que tendrían diez hombres. Ambos han muerto dos veces, pero ninguna de las victorias satisfizo a Yawgmoth. Gerrard consigue una y otra vez una astuta estrategia: manipular con la mente la piedra variable del suelo; pero en ambas ocasiones Urza sobrevive, se apropia de la estrategia, y la perfecciona.


Urza consigue el mayor número de victorias, pero Yawgmoth no está contento con él, ya que son indirectas, resultado de trampas o estratagemas. Yawgmoth quiere peleas con uñas y dientes, una lucha de hombres, algo personal. Y en ese campo, Gerrard lleva ventaja: tiene una centésima parte de la edad de Urza, y además Urza nunca fue un guerrero. Tras un largo intercambio de golpes, Gerrard utiliza una de las espadas destroza-almas de Yawgmoth para cortar la cabeza de Urza, caminante de planos.


Yawgmoth está muy complacido, y recompensa al vencedor con infinidad de dones. Gerrard tiene ahora fuerza sobrehumana, inteligencia suprema, voluntad indomable... Acepta pacientemente todas estas cosas. Pero una vez que Yawgmoth ha terminado, pide la recompensa que se le prometió: Hanna. Ella ha visto la batalla de principio a fin, sentada en las gradas. Yawgmoth no está contento, pero se atiene a su palabra. Hanna le pide a Gerrard la cabeza de Urza, y el benalita se da cuenta de que esta no es su Hanna, sino otra manifestación de Yawgmoth. La ataca, atacando en realidad a Yawgmoth, y por esta traición es expulsado de Phyrexia, tan rápidamente que Yawgmoth no puede quitarle lo que le ha dado. Como si no fuera casi un semidiós, vaya.


El Vientoligero, por su parte, despega de nuevo y empieza a buscar a sus tripulantes perdidos. Siente que Squee está dentro de la Fortaleza, y vuela a través de la chimenea para rescatar a su artillero de cola. En el pasado las defensas causaron grandes daños al barco, pero ahora su nuevo casco reflectante no sólo lo hace inmune a los ataques, sino que además los refleja hacia los artilleros phyrexianos.


Mientras tanto, dentro del volcán, los enanos han abierto una brecha en la cámara en la que se encuentra la Fortaleza, y han invocado un torrente de magma en la Ciudad de Traidores bajo ella. La ciudad de los il es rápidamente inundada, y la lava llena la cámara a razón de un kilómetro cúbico por minuto. No obstante, Eladamri, Sivvi y su ejército entran a toda prisa por el túnel de los enanos, aunque no parecen tener ninguna oportunidad.


Gerrard aparece en la sala del trono de Crovax, lo que saca al Evincar de la batalla (y esto no le pone de muy buen humor) Ninguno rehuye la inevitable pelea, pero igual que nadie dudaba de la victoria de Crovax sobre Volrath, todo el mundo está seguro de la victoria de Gerrard sobre Crovax.


Cuando muere el vampiro, su ángel desciende y se arrodilla ante él. Cuando el ángel se eleva de nuevo, también lo hace el alma de Crovax... limpio de vampirismo o de mejoras phyrexianas. Gerrard se alegra al ver que hay esperanza de salvación incluso para la más negra de las almas, pero tiene ahora mismo otros poblemas.


O al menos eso cree, ya que los guardias phyrexianos llegan para vengar la muerte del Evincar. Incluso con la ayuda de Squee, no puede contra todos. Sin embargo... la cabeza decapitada de Urza DESPIERTA y elimina a los guardias con una ráfaga mágica. El equipo del Vientoligero llega también con ayuda -prisioneros liberados- y todos los personajes se reúnen finalmente


Entonces llega también Eladamri con todos sus compañeros, y todo el mundo se alegra. En serio. La incongruencia del tono era dura de leer. La cabeza de Urza es la primera en recuperar el sentido, y el grupo empieza a subir a bordo del Vientoligero, mientras Orim hace lo posible por no estrellarse (y tiene mucho más éxito que Gerrard, todo sea dicho de paso.)


Los restantes titanes han destruido todo lo que han podido de Phyrexia, pero no tienen nada que celebrar. Como observa Guff, la destrucción de Phyrexia no deja a Yawgmoth otra opción que abandonarla y tomar Dominaria. En realidad, Guff dice que todo esto ya estaba escrito y aprobado por él. Y aquí ya mi alma muere definitivamente: de acuerdo al Comodoro Guff, la historia ya está escrita en su biblioteca, y Dominaria se pierde en la guerra. Los otros caminantes apuntan que si Dominaria pierde la guerra, la biblioteca de Guff será destruida. Entonces Guff dice... "¡oh, maldición!" y crea una goma de borrar gigante (como en los dibujos animados) y elimina toda esa parte de sus libros.

No puedo ni siquiera empezar a describir lo que sigue, así que os lo pongo directamente del libro:


No puedo ni siquiera empezar a describir lo que sigue, así que os lo pongo directamente del libro:

Originalmente de Apocalipsis, página 250:
"Lo borró con locura. Con locura, sí, porque ¿qué editor borra tan alegremente las palabras escritas por un autor? ¿Qué editor permite a un autor escribir 100 000 palabras sólo para borrar 10 000? Sólo un editor desesperado por que la historia acabe como debe

"¡oh, maldición!"

El Comodoro Guff moldea una roca basáltica y febrilmente aplica el borrador que ha creado a la historia del Apocalipsis de Dominaria. Había una frase sobre la muerte de Eladamri. Justo después, otra en la que Liin Sivi (venía escrito así) ya no moría. Otro párrafo en el que Bo Levar encendía un cigarro en un pantano y los gases inflamables lo consumían. Guff arrancó la página entera y la tiró a la lava. ¿Qué más tenía que hacer para que
esta maldita trilogía funcionara? Después de todo ¿A quién le importan las aventuras de un editor? Guff arrojó todas esas páginas al fuego. Incluso tiró el spoiler. De todas formas, ya había revelado la destrucción de Dominaria, algo que aún estaba por decidirse

El Comodoro Guff apartó su cara del destrozado libro y miró hacia adelante -esto nunca habría pasado si yo estuviera al cargo de la continuidad"
(N del E: sí, todo este último párrafo tan desquiciado está escrito así en el libro.)

y todos se dieron de cabezazos contra el cuarto muro
por el ingenio de un mal escritor inseguro
y condenaron a este pobre lector
a cinco años de intenso dolor
(N del E: he traducido yo este poema, e incluso he hecho que rime.)
(N del E-2: sí, pero eliminaste la referencia a la cuarta pared.)

Bueno, al menos Guff no borró la parte en la que moría, media página más tarde


Lo peor de todo es que este es el punto donde todo básicamente deja de tener algún sentido. Después de casi un año entero, desde la Invasión, Phyrexia aún no ha conquistado Yavimaya, Llanowar, o el Océano. Yawgmoth ha reconquistado Koilos pero ha perdido la mayor parte de Urborg (que es como cambiar el Coto de Doñana por el Desierto de Almería, un mal cambio) El plan trazado a lo largo de milenios, el plan que pensaba crear un plano artificial y superponerlo sobre Dominaria ha obtenido NADA.


Pero Yawgmoth tiene más trucos en la manga (es un decir) Hasta Invasión no había ninguna pista de que Yawgmoth tuviera el poder de resucitar a los muertos... Phyrexia era un mundo de máquinas y cyborgs mutantes (como el de los Borg) y aunque había algún zombie por allí, nunca hubo ninguna justificación para ellos. Pero bueno, Yawgmoth está demasiado loco para saber lo que no puede hacer, así que no sólo es un necromante, es el SEÑOR DE LOS MUERTOS. Y como tal, invoca un hechizo para reanimar a toda la materia muerta de Dominaria a su servicio... incluyendo la superficie del plano.


No sólo resucitan todos los muertos del plano (incluyendo a los héroes muertos en la guerra) al servicio de Yawgmoth, sino que el suelo del plano se transforma en gólems de barro, atacando a los nativos de Dominaria. Esto hace que nos preguntemos... ¿por qué no hizo Yawgmoth todo esto en primer lugar? Lo peor de todo es que, pese a esto, nada cambia estratégicamente hablando. Yawgmoth controla literalmente el terreno, pero no gana territorio.


El Vientoligero escapa del volcán justo cuando la lava alcanza la Fortaleza, cuando una misteriosa sustancia negra empieza a salir de ella. De acuerdo a Urza (o a su cabeza) esta niebla no es otra cosa que el propio Yawgmoth, penetrando en Dominaria para dar personalmente el golpe mortal. Dejadme repetir esta última parte, de puro estúpida que es: Yawgmoth es ahora una Niebla. Negra. Nadie cuestiona realmente esto, y empiezan a pensar en maneras de pararlo, empezando por tirar una nave portadora de enfermedad encima de la caldera, sellando el volcán como un djinn en una lámpara.


Estrellan la nave portadora exactamente donde la quieren, pero el plan falla. Entretanto, en el mundo devastado por casi un año de guerra total, la lucha alcanza un punto desesperado. Lord Windgrace se retira ante el avance de la nube de Yawgmoth, llevando a los minotauros de vuelta a su patria. Bo Levar muere luchando con los tritones, y Freyalise defiende Veloceleste.


Habiendo sido sobrepasados por las tropas terrestres phyrexianas, Sivvi y Eladamri han dejado el territorio hostil subiendo a las ramas de sus aliados, los pueblos arbóreos. Pero al ver a Yawgmoth aparecer sobre ellos, la niebla sombría que asesina todo lo que toca, y viendo también por debajo la marea tenebrosa de los muertos vivientes, toman una decisión. En un acto final de desafío, saltan juntos hacia la muerte en vez de esperar a que ésta los alcance.


Yawgmoth se ha extendido por medio mundo, pero Urza tiene un plan. Ahora que está en el campo de batalla, se ha puesto en peligro. Las primeras fases de la guerra tenían por objetivo eliminar toda fuente de maná blanco que pudiera oponerse a Yawgmoth, sin embargo, el verde ha conseguido resistir, aunque ni es fuerte ni está lo suficientemente concentrado como para ponerle en peligro. Sin embargo, el núcleo del Vientoligero contiene toda la energía, todo el maná blanco, que contenía el mundo de Serra (ver 3era parte de la saga) Liberar todo ese maná destruiría la mitad del planeta, pero la otra mitad sobreviviría.


La tripulación piensa en otro plan que no involucre otra Ráfaga del Sylex (otra más!) Karn revela que la Luna de Nulificación (ver 4a entrega) es en realidad un artefacto thran, la Esfera de Nulificación, y ha estado recogiendo maná blanco desde que subió a los cielos después de la guerra entre Thran y Phyrexia. Ni siquiera Urza sabía esto. Maniobrando el motor que acciona la navegación entre mundos, Sisay traza el rumbo. Hacia el espacio. Llegados hasta aquí y con todo lo que hemos pasado.., ¿por qué no?


El Vientoligero aprueba este plan, aún sabiendo que canalizar todo el maná de la Luna de Nulificación será su final. El barco le pide a Karn que absorba su conciencia, igual que contiene la de Xantcha, la de Glacian y la de todo el Legado. Karn accede con tristeza, y el plan es llevado a cabo. El Vientoligero inunda Urborg con maná blanco, y Yawgmoth empieza a consumirse.


Yawgmoth intenta retirarse de vuelta a los devastados restos de las esferas de Phyrexia, pero su punto de acceso, la Fortaleza, ya no existe: los enanos, demasiado pequeños y débiles para él, la han destruido. Atrapado, se lanza contra el Vientoligero, imaginándose que es a la vez Gaea y Rebecc, la mujer que le despreció hace siglos. Aunque Yawgmoth está loco, es todavía muy poderoso, y consigue atacar al Vientoligero y desengancharlo del flujo de maná desde la Luna.


El plan ha fallado, pues. El Vientoligero está muerto, y ya nunca más podrá volar por mucho que Karn intenta mantenerlo en el aire. El mundo está cubierto de oscuridad y muerte, y ni siquiera el drástico plan original de Urza funcionará ahora. Sólo queda una opción: Deus ex Machina (N del E: se llama así cuando hay una intervención divina inexplicable que arregla la trama.) En el interior de Karn y el Vientoligero, todos los componentes mecánicos del Legado se unen, pero hay algunas partes todavía que no se han unido: los ojos de Urza, la Piedra del Poder y la Piedra de la Debilidad que contienen el alma de Glacian y que causaron la Guerra de los Hermanos y crearon al propio Gerrard. Urza ha perdido la cabeza, pero cree que juntar todos estos elementos llevará al Legado hacia su culminación final.

Gerrard se acerca a la cabeza de Urza, y extrae las piedras de poder que son sus ojos. Tras un sangriento momento, el caminante de planos muere, esta vez de verdad. Con un suspiro final, Gerrard se acerca a Karn junto con las piedras de poder. Entonces el maná blanco del motor del Vientoligero explota, pero no con una simple explosión... esta explosión tiene voluntad propia. En unos pocos minutos, el Legado de Glacian y Urza y Gerrard elimina del mundo todo rastro de Yawgmoth y sus sirvientes. Todo phyrexiano en el planeta es destruido, y la guerra ha terminado.


¿Pero qué carajo...?


Veces que el Vientoligero se ha estrellado: 7?

Número de eventos cataclísmicos originados por Urza: 5?


Un año más tarde, los dignatarios de Dominaria que han sobrevivido se encuentran en Urborg, para dedicar un monumento a todos aquellos muertos en la guerra (en cuanto a cómo pudo sobrevivir cualquier jefe, ni mucho menos organizarse hasta el punto de montar una reunión y construir un monumento enorme, a la vez que reconstruían sus patrias, y todo en menos de un año... ¿quién soy yo para juzgar?) Nobles de todas partes del mundo rinden honores a los caídos, y a aquellos que viven aún: Sisay, Tahngarth, Orim y Squee. Tras una breve oración de Freyalise (ella y Windgrace son los únicos titanes que han sobrevivido) la ceremonia concluye, y la tripulación del Vientoligero es recibida por otro superviviente: Karn. De algún modo, cuando el Legado se reunió finalmente, no sólo Yawgmoth fue destruido, sino que sucedió algo imposible: un gólem se convirtió en caminante de planos (aunque durante los últimos tres libros había pistas que hacían intuir algo así) Y con Glacian, Urza, Gerrard, Xantcha, el Vientoligero, e incluso hasta Santa Catalina, todos en su cabeza, está en camino también de volverse loco. Tras una breve reunión, Karn se marcha con Orim para llevarla hasta Mercadia. Ahora, sola con Tahngarth y Squee como compañeros, Squee regresa a su nuevo barco: una galera mercante llamada Victoria.





¿Cómo habíamos llegado a esto? Todo el potencial del ciclo de Rath, todo el esfuerzo para montar el Bloque de Urza, todo culminaba... ¿en esto? Muchas ideas (salvo la de Guff) podrían haber sido salvables, tan sólo con algo de interés por el lado de WotC. Al principio, el argumento era el punto fuerte de cada nueva colección, ahora era considerada como una enojosa obligación, realizada a regañadientes y apartada lo más rápidamente posible: "a algunos personajes les ocurre algo. Ahora, vamos a por las cartas" Posiblemente, lo único peor que dejar la historia a medias (lo que se hizo con algunos argumentos prerevisionistas) era forzar a alguien a terminarla cuando no tenía ganas de hacerlo.

Pero tal vez esto sea injusto. Scott McGough continuó como jefe de continuidad durante algún tiempo después, y escribió algunos de los libros más populares, por ejemplo "El Tormento de Cadenero" Después del desastre en que se convirtió la Saga del Vientoligero, WotC se movió hacia un modo diferente de contar la historia: Dos bloques -Odisea y Embestida- tuvieron lugar en una esquina remota de la Dominaria post-apocalipsis, y en ellos, la presencia del argumento en las cartas fue considerablemente reducida, pero aún así se representaban la mayoría de los sucesos y los personajes más importantes. Empezando con Mirrodin, incluso esa presencia disminuida fue retirada. Alguien que viera las cartas de un set moderno difícilmente creería que hay algún argumento detrás.

Ahora, las cartas sólo tienen que mostrar el entorno, y el argumento tan sólo aparece cuando se trata de las cartas de los propios personajes... y aún así tiende a haber muchas leyendas que no tienen relación con la propia historia. Por mucho que WotC quiera y lo intente de todas las formas posibles, Magic no puede tener una línea de novelas al estilo Dungeons & Dragons. La culpa es vuestra, que no leéis. Incultos.

En cuanto al propio juego, que había estado en grave peligro antes de Invasión, irónicamente después de este estaba más fuerte que nunca. La base de jugadores creció infinitamente durante el bloque, ya que muchos jugadores venían del naufragio que era Pokemon y otros viejos jugadores volvieron a jugar. Hasta Rávnica, Invasión era sin discusión el bloque preferido de los jugadores. Magic había capeado el temporal y permanecido a flote- ¿qué importaba si el argumento se eliminaba por el camino?

En cuanto a Dominaria, muchos horrores estaban todavía por llegar. Tras lo que debería haber sido su derrota final, tras haber realizado actos inenarrables por los que muchos creíamos y esperábamos que sería finalmente desterrado por siempre de Dominaria, J. Robert King escribió más libros. Y no sólo un libro.... no, se le dió la responsabilidad de escribir la segunda trilogía sobre las guerras de Otaria, concluyendo ese arco argumental. Claro, había demostrado ser TAN bueno concluyendo argumentos...

Prof... ajjj PROFECÍA podría haber sido ignorada fácilmente, ya que no tenía ninguna repercusión en el argumento. Pero Embestida tuvo repercusiones por todo el plano, probablemente por todo el multiverso, y de todos modos, Legiones y Azote llevaron la inexplicable locura de Apocalipsis hasta un nuevo nivel. Imaginaos por un momento que La Amenaza Fantasma hubiera resultado ser la MEJOR de las precuelas, y sabréis cómo nos sentimos los aficionados al argumento. Apocalipsis era muy decepcionante, pero Azote fue una verdadera debacle. Aunque no se ha hecho ninguna declaración al respecto, hasta donde yo sé, King no ha escrito nunca más para Magic desde entonces.

Y ahora, seis años después de Azote, cinco años después del Apocalipsis, Magic sigue dando vueltas por el multiverso, e incluso volvió a casa. Tal vez Dominaria ya no sea el mejor de los planos, pero sabemos la gloria que tuvo en el pasado. El efecto acumulado de todos los desastres tuvo su consecuencia, pero Dominaria se recuperó antes y volverá a hacerlo. Y cada vez que alguien hable de Dominaria, yo pensaré en el Vientoligero, y sonreiré.

4 comentarios:

Nórticus dijo...

Siento ser yo quien lo diga, pero esta parte es horrible. Me refiero que, el argumento de Apocalipsis y el final de la saga es francamente decepcionante. Obviamente no os culpo a vosotros, Miguel y Antonio, de hecho habeis hecho un gran trabajo traduciendo, felicidades. Aun con todo, realmente me gustaria seguir viendo Retromoxes (si, incluso despues de esto). Lamento haberme puesto tan crítico, pero el creado de este libro la (con perdón) cago de una forma brutal al destrozar de esta forma el final que (por lo menos a mi) os tenía en vilo. Otra vez, felicidades a Miguel y a Antonio por hacercarnos a todos a esta culturilla tan "friki", que tanto nos gusta.

HighEntomologist dijo...

Pero al final el Vientoligero la diña??

Joer... con lo que molaría poder volver a montar todo ese tinglado.

Urza debe volver como Planeswalker (o Yawgmoth); y sabe Diox que si de algo van sobradas las tramas inconsistentes es de formas de resucitar al menda de turno (alguien ha visto Saint Seiya, o mejor todavía, Dragon Ball?)

Urza Planeswalker ya!

Unknown dijo...

Qué forma más horrible de acabar una historia. No hubiese podido acabar peor ni aunque se descubriese que todo fué un sueño de Antonio Resines...

aitkiar dijo...

Se que no viene a cuento, pero es que desde el punto de vista de la historia, La Amenaza Fantasma, es la mejor de las tres precuelas. Las otras dos películas son un montón de cosas que se sabe que deben pasar comprimidas de cualquier manera entre los chistes y las explosiones.